En las civilizaciones antiguas tenían que navegar el Mediterráneo para comerciar productos en diferentes ciudades, recorriendo largas distancias a través de ríos y mares para poder intercambiar los productos de su región por productos de otras zonas, ya que al optar por transporte por tierra generaba altos costes y se limitaba a solo llevar mercancías de alto valor como oro, plata, telas lujosas, objetos artísticos y religiosos, entre otros.
Los primeros en fabricar barcas fueron los egipcios, justo para navegar y poder transportar materiales de construcción. Los fenicios construyeron embarcaciones de mayores dimensiones, con la idea de ser utilizadas para transportar grandes cargas, además los utilizaron como vehículos de combate en las guerras. Una de las causas de las guerras era el control de las rutas comerciales, buscaban conquistar pueblos y ciudades para tener el control de los puntos de comercio. Todo esto le ha dado tal relevancia al Mediterráneo como espacio de intercambio comercial y cultural.
Es increíble como la historia nos permite entender todos los cambios que se han dado a lo largo del tiempo y como estos han permitido todo el desarrollo que hay al día de hoy.
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