En estos tiempos es muy mencionado en el ámbito empresarial los conceptos de responsabilidad social o de sostenibilidad, donde se supone que están siendo abordados de manera correcta. Sin embargo, vale la pena preguntarnos si estas empresas están conscientes de todo lo que conlleva este compromiso y si están preparadas para implementarlos de forma estratégica.
Esta norma esta estructurada bajo 7 materias fundamentales las cuales son la gobernanza de la organización, lo derechos humanos, las practicas laborales, el medio ambiente, las practicas justas de operación, los asuntos de los consumidores y la participación activa y desarrollo de la comunidad. La principal utilidad de esta norma es que ha guiado planes estratégicos con lenguaje común, facilitando el proceso de transparencia en la rendición de cuentas a nivel internacional de los impactos que provocan las empresas en su operación.
El camino de la aclaración e implementación no es corto ni es sencillo. Sin embargo, el tomar acción tendrá beneficios en el clima sostenible de la empresa impactando positivamente la marca, la rentabilidad y su reputación. Pero sobre todo llevar a la realidad la responsabilidad social y así contribuir de manera real, no solo de hacer una simple política empresarial, sino de un conjunto de buenas practicas que deben adoptarse para distinguirse de los demás.
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